¿Son lo mismo trastorno por atracón y bulimia?

El trastorno por atracón y la bulimia nerviosa son  trastornos alimentarios con aspectos en común que a veces puede llevarte a confusión a la hora de diferenciarlos. Su adecuado diagnóstico influye en la determinación del tratamiento idóneo y por lo tanto en su recuperación. 

Trastornos de atracón y bulimia.

En este artículo voy a explicarte las diferencias entre trastorno por atracón y bulimia ya que con facilidad se pueden confundir. Para comenzar, voy a contarte una pequeña historia de un caso real para ponerte en situación.

“Ya no me acuerdo cuando todo esto empezó, tengo lagunas de mi pasado. Solo sé que desde que tengo uso de razón siento vergüenza de mi cuerpo.

Para empezar, desde muy pequeñita he tenido sobrepeso y eso significó burlas de la gente que me rodeaba.  Sentía que no merecía comer y rechazaba mi sensación de hambre por vergüenza, culpa., miedo…. una lucha interna muy desagradable. Entonces comencé a comer a escondidas y sin control, sobre todo pan y dulces.

De pronto, solo podía pensar en hacer dieta tras dieta pero nunca lo conseguía. Empecé a leer sobre cómo compensar esos excesos y me encontré con mucha información que aumento mis dudas pero a la vez me ofrecían estrategias que me prometían sentirme mejor.

Seguidamente, me encontré vomitando cada vez que comía y tomando medicamentos para perder peso. Además, cada vez me aislaba más y más de la gente; mi vergüenza y decepción crecían por momentos. Finalmente, sentía que mi autoestima dependía del control que podía ejercer sobre mi cuerpo. Me convertí en mi peor enemiga”.

Duras palabras ¿verdad? y solo muestran una mínima realidad del dolor que se puede llegar a sentir cuando se padece un trastorno alimentario. Una vez expresado esto y sin más rodeos doy paso a explicarte las diferencias entre trastorno por atracón y bulimia. ¡Vamos a aprender un poquito más!

Un término clave: El atracón

¿Un atracón es lo mismo que un descontrol de comida? Muchas personas confunden estos dos términos e incluso, la palabra atracón se utiliza erróneamente en muchas ocasiones cuando has comido más de lo habitual. Seguro que en algún momento, por ejemplo una reunión familiar, sentías que no has tenido hambre o que ya estabas saciada/o y has seguido comiendo hasta sentirte hinchada/o. La frase típica de “ufff me he pasado, ya no como más en X días” “menudo atracón de comida” pero la palabra atracón va más allá.

Definición de atracón según el DSM-V

Un atracón según criterios diagnósticos del DSM-V es la ingestión, en un periodo determinado (por ejemplo, dentro de un período cualquiera de dos horas), de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de la personas ingeriría en un período similar en circunstancias parecidas.

Se trata de una ingesta compulsiva de alimentos, en la mayoría de los casos sin sentir hambre y con sensación de falta de control sobre lo que se ingiere o cantidad de lo que se ingiere, seguido de un sentimiento de culpabilidad. Por lo general, los atracones suelen hacerse a escondidas debido a la  vergüenza que se siente por la cantidad que se ingiere.

Por ejemplo, una persona puede comenzar un atracón en un restaurante para luego seguir comiendo en casa, a escondidas y con la incapacidad para contenerse y no comer o para parar de comer una vez que ha empezado.

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¿Qué es la bulimia nerviosa?

La bulimia nerviosa, comúnmente denominada bulimia, es un trastorno de la alimentación grave que se caracteriza por la presencia recurrente de atracones. La persona que padece bulimia tiene un intenso temor a engordar, junto a una falta de control sobre su alimentación y sentimientos de culpabilidad y autodesprecio.

Es importante que tengas en cuenta que un trastorno alimentario no se limita solamente a un inadecuado hábito alimentario o deseo excesivo por adelgazar. Esta compleja patología incluye aspectos tales como desequilibrios emocionales, desordenes de la personalidad, pensamientos obsesivos, distorsiones perceptivas e incluso conductas autolíticas que ponen en riesgo la salud de quien lo padece.

Atracones y conductas compensatorias en bulimia

En la bulimia nerviosa los atracones van seguidos de comportamientos compensatorios para evitar el aumento de peso tales como el vómito autoprovocado, uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo.

Normalmente, los atracones suelen ser de “alimentos prohibidos” es decir, alimentos que en otras circunstancias no comerían por su afán de controlar el peso. Por lo general, son alimentos altamente calóricos y ricos en azúcares y grasas.

Al principio, la persona que padece bulimia puede tener atracones y estos comportamientos compensatorios de manera esporádica. Sin embargo, con el tiempo aumentan llegando a ser casi diarios o varias veces al día, lo que determina la gravedad.

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¿En qué consiste el trastorno por atracón?

El trastorno por atracón se caracteriza por episodios de ingesta compulsiva  de alimentos (atracones) de forma recurrente al igual que ocurre en la bulimia nerviosa. Posiblemente te estarás preguntando cuál es la diferencia.

La principal distinción es que la persona que presenta un trastorno por atracón no realiza conductas compensatorias (vómito autoinducido, abuso de laxantes y/o diuréticos, ayunos, ejercicio físico en exceso, entre otras).

El trastorno de atracones se produce normalmente en personas de peso normal/sobrepeso y en personas obesas. Sin embargo, el trastorno de atracones es distinto de la obesidad. La mayoría de las personas obesas no tiene atracones recurrentes.

También, muchos individuos con trastorno de atracones hacen régimen después de los atracones. No obstante, debido a su falta de control suelen ser resistentes a la pérdida de peso y tienen altas tasas de abandono.

Criterios diagnósticos en el trastorno por atracones.

Para saber si una persona padece un trastorno por atracón es necesario que cumpla con los siguientes características:

  • La presencia de atracones debe presentarse al menos una vez por semana durante un periodo de 3 meses.
  • La ingesta de alimentos es mucho más rápido de lo normal.
  • Se ingiere grandes cantidades de alimentos aunque no se tenga hambre físicamente.
  • Siente vergüenza por la cantidad de alimentos que ingiere por lo que suele comer solo o a escondidas.
  • Tras el atracón la persona se siente culpable y avergonzado.

¿Te cuento una experiencia sobre el trastorno por atracón?

“He hecho muchas dietas y en algunas he llegado a perder más de 20 kilos pero nunca he conseguido mantenerme. Cada dieta que hago me dura menos tiempo y últimamente recupero más del peso perdido. Además, tengo la sensación de  haber estado a dieta toda mi vida.

El otro día, comprando en el supermercado pasé por el pasillo de los dulces ¡temido pasillo! Pensé en coger unos cuantos dulces para mis hijos aunque en el fondo sabía que terminarían en otro sitio. Después, llegó la tarde, mis hijos aún no habían regresado del colegio y  yo no paraba de pensar en esos dulces, me sentía nerviosa. Así mismo, me decía no debes comértelos…no puedes…estás a dieta. Entonces, mi sensación de nerviosismo empezó a aumentar y me dije que por uno no pasa nada.

Podéis imaginaros que sucedió al final, me comí uno y… “de perdidos al río”. Sin control comencé a ingerir de pie todos los dulces que había comprado. En principio, sentí alivio pero pronto empecé a pensar ¡qué horror! Había dejado a mis hijos sin su merienda. Además, había roto la dieta ¿por qué me pasa esto una y otra vez? Nunca conseguiré adelgaza ni superar esta situación”.

En resumen

Podemos decir que el trastorno de atracones comparte con la bulimia nerviosa esos descontroles de comida recurrentes pero con diferencia de varios aspectos fundamentales.

Por un lado, la conductas compensatorias presentes en la bulimia y aumentes en el trastorno por atracón. Por otro lado, las persona que padecen trastorno por atracón, aunque tienen intento reiterado de regímenes, no suelen restringir tan acusadamente la ingesta de alimentos o dieta con la idea de influir sobre el peso corporal o como compensación de los atracones. 

Espero que este artículo, meramente informativo, te haya servido para saber un poco más sobre los trastornos alimentarios. Es importante, que si te sientes indentificado con alguno de estos síntomas acudas aun especialista para realizar un adecuado diagnóstico.

Recordarte que si deseas realizarme cualquier comentario o pregunta puedes hacerlo pinchando aquí.

Estaré encantada que contestarte.

La Ortorexia: donde lo sano se vuelve una obsesión.

La ortorexia fue definida por primera vez por el médico norteamericano Steve Bradman a finales de los 90, tras sufrir el mismo los síntomas del trastorno. Éste témino proviene del griego (ortho, justo, recto y orexia, apetencia). Vendría a significar «apetito justo o correcto». Pero en realidad, se entiende por ortorexia la obsesión por la comida sana hasta un nivel patológico.

Diferencia entre ortorexia y otros trastornos alimentarios.

Cuando oímos hablar de trastornos alimentarios solemos pensar en los más clásicos: la anorexia y bulimia nerviosa. La diferencia entre estos trastornos y la ortorexia es que mientras que en la anorexia y bulimia nerviosas el problema se asocia más con la «cantidad» de alimentos, en la ortorexia gira en torno a la «calidad».

La persona que sufre ortorexia no está tan preocupada por el peso, ni suele presentar una percepción erronea de su aspecto físico. Su preocupación va más orientada a tener una dieta equilibrada y sana, llevada al extremo.

Esta preocupación obsesiva provoca que se sientan muy culpables si se incumple la dieta. Debido a esto, se castigan con dietas y ayunos más rígidos. En consecuencia, la salud de la persona puede verse en grave peligro.

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Signos característicos de la ortorexia

Se suele comenzar inocentemente como un deseo para conseguir superar enfermedades, perder peso o mejorar la salud.

La persona que padece ortorexia realiza rituales obsesivos en la preparación de alimentos, con los ingredientes de sus platos y la compra de ellos. Además, la forma de prepararlos y los materiales utilizados para ello también se convierte en una obsesión.

Muchas de las personas que presentan esté problema solo están dispuestas a consumir alimentos catalogados como bilogicamente puros. Suelen revisar minuciosamente las etiquetas de los alimentos. Además, prestan especial atención al contenido de aditivos, colorantes, grasas saludables, si son productos genéticamente modificados, entre otras cosas.

Piensan de manera obsesiva que estos productos pueden hacerle mucho daño. Su obsesión llega a un punto que se aislan socialmente y pueden reducir tanto la variedad de alimentos que les lleva a una grave desnutrición.

Bratman describe así su propia experiencia:

“Perseguí el bienestar mediante la comida sana durante años; sin
embargo, comencé gradualmente a sentir que algo iba mal.  Mi capacidad para llevar una conversación normal se estaba oscureciendo por los pensamientos sobre comida que me invadían. La necesidad de conseguir comida sin carne, sin grasas ni productos químicos artificiales me había apartado de todas las formas sociales de comer.
Me encontraba solo y obsesionado”.

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Preguntas para el diagnóstico de la ortorexia según Bratman

Normalmente las personas con ortorexia suelen ser muy minuciosas, exigentes consigo mismas y con los demás. Presentan una necesidad exagerada de autocuidado y protección.

Suelen presentar rasgos comunes con las personas que padecen anorexia o tienen más tendencia a padecerla.

Aunque todavía no están lo suficientemente contrastados, existen algunos criterios diagnósticos. Bratman ha elaborado un listado de 10 preguntas que nos puede ayudar a el diagnóstico.  Estas preguntas son:

  1. ¿Piensas más de tres horas diarias en la dieta sana?
  2. ¿Te preocupas más de la calidad de alimentos que del placer de comerlos?
  3. ¿Te sientes culpable cuando te saltas tus convicciones dietéticas?
  4. ¿Tu forma de comer te aisla socialmente?
  5. ¿Aumenta tu autoestima cuando comes sano y te decepcionan las personas que no lo hacen?
  6. ¿Cada vez eres más estricto contigo mismo?
  7. ¿Planeas lo que comerás al día siguiente?
  8. ¿Según aumenta tu calidad de la dieta diminuye tu calidad de vida?
  9. ¿Haces sacrificios extremos para comer lo que se considera correcto?
  10. ¿Cuando comes correcto te sientes tranquilo?

Si respondes afirmativamente al cuatro preguntas, es importante relajarse y revisar tu alimentación .  Responder afirmativamente a todas las preguntas puede ser sospecha de que existe una verdadera obsesión por la comida sana.

¿Qué puedes hacer ante un caso de ortorexia?

La ortorexia no es un trastorno fácil de diagnosticar puesto que, suele estar oculto por el ideal de «comer bien» y el prestigio social que lo acompaña.

En el caso de sospechar de que una persona cercana a tí puede padecer ortorexia o tu mismo piensas que necesitas ayuda, es importante ponerte en contacto con un profesional especializado en este campo.

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«Recuerda que una alimentación saludable y adecuada es a su vez flexible»

Si necesitas ampliar más esta información o tienes alguna duda, puedes ponerte en contacto conmigo. Te atenderé encantada.

Descubre cúal es tu relación con la comida con este sencillo test.

«Una de mis metas como Dietista-Nutricionista es ayudar que las personas establezcan una relación sana con la comida.»

En mi consulta invito a los pacientes a explorar su comportamiento con la alimentación a través de diferentes técnicas muy prácticas que se obtienen de mindful eating y coaching.

El objetivo es que entiendan cuál es su relación con la comida y así adentrarnos en aspectos más profundos para mejorar la situación y  que se sientan en equilibrio sin necesidad de estar continuamente realizando dietas estrictas.

La psiconutrición te puede ayudar a prevenir el desarrollo de un trastorno alimentario.

Nuestra relación con la comida puede determinar en gran medida nuestro estado de salud físico y mental.

El autoconocimiento puede ayudarte a cambiar tus hábitos por otros más saludables y así mejorar tu autoestima, tu confianza, tu bienestar y en consecuencia tu peso. Además, conocer cómo te relacionas con la comida puede ayudarte a prevenir el desarrollo de un trastorno alimentario y a controlar los impulsos por comer, es decir, el comer emocional.

Descubre tu relación con la comida

Me encantaría compartir contigo este sencillo test que he elaborado con mucho cariño. Descubrirás que tipo de comedor eres y las soluciones a poner en práctica para sentirte bien.

1 ¿Controlas tu peso continuamente?
a) Sí. Me resulta muy frustante y esto me provoca que descontrole mi alimentación. No consigo llegar a mi peso deseado.
b) Si continuamente y como en función del peso que tengo.
c) No. Suelo dejarme llevar por mis sensaciones para regular mi peso.

2 ¿Haces dietas continuamente?
a) Sí. Nunca consigo llevarlas a cabo y termino por comer lo contrario de lo que me propongo.
b) Sí. Intento controlar mi alimentación para no descontrolarme.
c) No. Suelo organizar mi alimentación en función de lo que me apetece dentro de unas opciones saludables.

3 Cuando te encuentras con un menú/alimento tentador lo primero que se te pasa por la cabeza es…
a) No puedo tomármelo; pero al final termino por hacerlo. No podía quitármelo de la cabeza.
b) Me pregunto cuántas calorías tiene. No puedo tomarlo puesto que no está incluido en la dieta.
c) Pienso si realmente me apetece o lo necesito.

4 ¿Cuándo te sientes aburrido, triste, estresado, cansado, etc sueles comer?
a) Si y después me siento culpable.
b) Suelo ser muy disciplinado con mi alimentación pero en ocasiones no puedo controlar comer de más y suelo compensar en comidas posteriores.
c) Nunca o raramente. Si lo hago soy consciente, me lo permito y lo acepto.

5 Cuando comes ¿Sueles hacer otras actividades a la vez? (estar con el ordenador o móvil, leer, ver la tele, en ocasiones suelo comer de pie)
a) Sí y al final noto que suelo comer más cantidad de lo que creo que necesito.
b) Si. Me gusta comer platos ligeros mientras avanzo en mis tareas.
c) No. Suelo respetar mi espacio para las comidas. Me gusta comer tranquilo y disfrutar de mi alimentación.

6 Cuando comes con más gente…
a) Suelo estar muy pendiente de toda la comida que hay en la mesa, noto que como rápido y más cantidad sobre todo cuando comparto los platos.
b) Controlo lo que comen los demás para no sobrepasarme yo. Intento servirme cantidades pequeñas para no excederme.
c) Suelo comer lo que necesito aunque soy consciente que en algunos eventos/reuniones puedo comer un poco de más.

7 Cuanto notas apetito o un atojo…
a) Necesito satisfacerlo rápidamente. La mayoría de las veces no puedo controlarlo y luego me siento culpable o defraudado.
b) Intento controlar el impulso y esperarme a la hora de comer.
c) Me paro y razono si realmente lo necesito.

8 Tengo la sensación de engullir cuando como
a) Si y es un hábito que no puedo controlar. A veces no soy consciente de la cantidad y características (sabores, texturas, olores, etc) de lo que he comido.
b) Mido cómo y cuánto como para controlar esa sensación.
c) No tengo esa sensación.

9 Cuando termino de comer…
a) La mayoría de las veces siento la necesidad de seguir comiendo.
b) Aunque sienta hambre intento controlarlo.
c) Me siento satisfecho.

10 La comida para mi es…
a) Un pensamiento continuo. La mayoría de las veces no sé si realmente tengo hambre o cuando estoy saciado.
b) Un método para controlar mi peso.
c) Un disfrute y sensación de equilibrio entre mi cuerpo y mente.

Resultados del test de Psicología y Nutrición

Ya hemos finalizado el test. Ahora comprueba tus respuesta y descubre que tipo de relación tienes con la comida.

COMEDOR EMOCIONAL. Mayoría de respuestas a. La comida se ha convertido en una válvula de escape para ti. Sueles comer de manera automática. Es importante aprender a gestionar tus emociones para tener una relación más sana con tu alimentación. Con  técnicas de Alimentación Consciente o Mindful Eating aprenderás a estar atento de tus pensamientos, sensaciones de hambre, sed o saciedad y tus emociones sin juzgarte. Saber gestionar el impulso descontrolado que te lleva a comer.

COMEDOR RESTRICTIVO. Mayoría de respuestas b. El continuo control  de tu comida y del peso te está llevando a no tener una relación sana contigo mismo. Esto mantenido en el tiempo te puede ocasionar graves problemas de salud. Te sería de gran ayuda aprender a ser más flexible y confiar en tus capacidades para conocer qué es lo mejor para ti en cada momento. Sentirás paz, equilibrio y aprenderás a gestionar todo aquello que te gusta sin tanta necesidad de control.

COMEDOR CONSCIENTE. Mayoría de respuestas c. ¡ENHORABUENA! Eres una persona con herramientas poderosas para conectar con el placer que proporciona comer y también para regular el aumento de peso y su mantenimiento. El autocontrol y autoconocimiento equilibrado te aporta grandes beneficios para tu cuerpo y mente. Esto te permite ser una persona más feliz y alejarte de las enfermedades que están asociadas a unos malos hábitos alimentarios.

¡No te preocupes si tienes tendencia a comportarte como un comedor emocional o restrictivo!

Ya hemos dado el primer paso para poder solucionarlo, ser consciente de ello, nos queda ponernos en marcha disfrutando del camino. Piensa que a partir de ahora todos los cambios que realices irán encaminados a:

Sentirte mejor y no tener más remordimientos ni culpa por tu forma de comer

Disfrutar tu vida sin más dietas ni restricciones y Redescubre el placer por comer

Si quieres que te acompañe en este proceso ¡estaría encantada! No dudes en ponerte en contacto conmigo si tienes alguna duda sobre el test o te gustaría tener una opinión más personal sobre tus resultados

 

Trastronos alimentarios ¿cómo detectarlos y actuar?

Los trastornos alimentarios son cada vez más frecuentes en nuestra sociedad y ponen  en grave peligro la salud de quienes los padecen. Identificar algunas conductas comunes ayuda a actuar a tiempo y facilitar su recuperación.

¿Qué son los trastornos alimentarios?

Los trastornos de la conducta alimentaria y de la ingesta de alimentos son trastornos psicológicos que cursan con complicaciones físicas y mentales que afectan gravemente el estado de salud y la calidad de vida de quienes los padecen.

Las personas que padecen un trastorno alimentario sienten continuamente, culpa, miedo, restricción, sentimientos de estar atrapadas y fuera de control. Tambien es frecuentes sintomas de ansiedad social, odio y vergüenza al cuerpo. Es muy común que manifiesten un agotamiento mental y frustación por luchar constantemente consigo mismas/os.

Reconocer la situación

En muchas ocasiones las personas que padecen un trastorno alimentario no son capaces de reconocer su problema e identificar su comportamiento cómo el de una persona enferma. Esto es debido a que, estos hábitos los tienen muy normalizados en su vida y se vuelven inconscientes. Por otro lado, pueden ser conscientes de la problemática pero mostrarse resistentes por miedo al cambio o a enfrentar la situación.

actua con empatía

Actúa con empatía

«La prevención y la detección temprana de un trastorno alimentario es la clave de un tratamiento eficaz. En este post me gustaría trasmitiros algunas conductas comunes que suelo observar en las personas tratadas en mi consulta.»

¿Cuáles son las conductas más comunes en los trastornos alimentarios?

Es importante conocer que las respuestas alteradas de la conducta suelen ser derivadas de dos aspectos:

  • La relación consigo mismo y con los demás y por otro lado,
  • hábitos y aspecto derivados de la conducta alimentaria, apariencia física y el peso.

Es decir, son varios  los puntos de vista  que podemos tener en cuenta a la hora de observar a nuestro ser querido.

Conducta alimentaria

  • Preocupación constante con la comida, hablar continuamente de dietas, alimentos, recetas de cocina, qué han comido.
  • Obsesión por hacer dietas generalmente restrictivas.
  • Cambios en el patrón alimentario: por ejemplo, deciden practicar una dieta vegetariana, dietas hiperproteicas, de exclusión de alimentos… sin conocimiento ni justificación.
  • Evitar comer ciertos alimentos que catalogan como que engordan: hidratos de carbono por la noche, fritos, salsas, dulces, aceite, entre otros.
  • Excusas para no comer: “me duele el estómago” “he comido ya”.
  • Obsesión por alimentos sanos, hipocalóricos, mirar las etiquetas de los alimentos, etc.
  • Comer a escondidas o evitar estar en compañía mientras come.
  • Esconder comida para comérsela posteriormente o tirarla.
  • Rituales a la hora de comer: trocear excesivamente los alimentos, separar los alimento en el plato, masticar excesivamente o tragar los alimentos sin masticar, desmenuzar el pan, gran ingestión de líquidos en las comidas o no beber nada, cocinar sin grasas, no condimentar la comida, entre otras.
  • Consumo excesivo de café, teína u otros excitantes.
  • Interés exagerado por los que comen los de su entorno y cocinar para ellos.
  • Sentimiento de culpa tras la ingestión de alimentos.
  • Nerviosismo e irritabilidad durante las comidas.
  • Encerrarse en el baño o habitación tras comer.
  • Patrón alterado en el tiempo de ingestión de alimentos: comen muy rápido o muy despacio.
  • Distorsión en las señales de Hambre/saciedad.
  • Presencia de conductas compensatorias: vómitos, atracones, uso de laxantes, diuréticos, inhibidores del apetito.

 Conductas en relación al cuerpo, imagen corporal y actividad física

  • Fluctuaciones en el peso injustificadas y/o drásticas.
  • Alteración en el patrón de crecimiento y desarrollo.
  • Utilizar prendas de ropa excesivamente anchas para esconder sus formas corporales o prendas muy ceñidas para mostrar su delgadez extrema.
  • Percepción errónea de su imagen corporal.
  • Elevados complejos y preocupación por determinadas zonas de su cuerpo.
  • Obsesión o miedo a pesarse.
  • Ejercicio excesivo y desproporcionado.

 Cambios en el comportamiento

  • Aislamiento social.
  • Obsesión por redes sociales e información en torno a la alimentación y culto al cuerpo.
  • Continuas conversaciones en torno al físico.
  • Aumento de relaciones superficiales o tóxicas, cargadas de dependencia.
  • Irritabilidad, agresividad, ansiedad, aumento de miedos y obsesiones, cambios bruscos en el estado de ánimo.
  • Baja autoestima y pensamiento negativos hacia sí mismos.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Comportamientos de manipulación, mentiras o autolesiones.

dar un paso

«Si tras haber leído estas conductas sospechas que tu ser querido pueda estar desarrollando un trastorno alimentario, no te preocupes, ya hemos dado un buen paso, el detectarlo para poder actuar.»

¿Cómo puedo actuar ante esta situación?

Suelen aflorar muchas dudas sobre cómo actuar cuando se detecta que un ser querido puede padecer un trastorno alimentario. La empatía, paciencia, comprensión y constancia son claves para ello. Tener en cuenta algunos aspectos a la hora de acercarnos a nuestro ser querido y ofrecerle una solución, te puede ayudar:

  • Comuníquele con cariño tu preocupación acerca de los cambios que has observado.
  • Evita hablar sobre su aspecto físico y peso.
  • No intentes acusar, castigar, hablar en un tono enfadado, ni le obligues a confesar. Se trata de transmitir que tiene tu apoyo para solucionarlo.
  • Hazle comprender que un terapeuta (médico, psiquiatra, psicólogo, nutricionista) puede ayudarle a saber lo que ocurre y hacer que se sienta mejor.
  • Actúa con empatía para comprender sus miedos, aunque te resulten irracionales. En la mayoría de las ocasiones puede sentirse atacado. Es importante conservar la calma en el dialogo, en un lugar relajado, pero manteniéndote firme en el objetivo de buscar ayuda para solucionarlo.
  • Si se resiste ser ayudado o niega el problema, ten paciencia: intenta hablar en otro momento. Busca ayuda profesional para saber cómo actuar en esta situación.

¿Cuál es el tratamiento recomendado?

Soy consciente, que en estas situaciones, decidir qué  terapeuta es el más adecuado es una decisión difícil por la gran responsabilidad que esto conlleva. Pero… no tengas miedo, ni lo pospongas en el tiempo. Como te he comentado antes, actuar a tiempo tiene muchas ventajas para la recuperación.

Si es importante que tengas en cuenta que el equipo de terapeutas que vayan a llevar a cabo el tratamiento sean especialistas en el tratamiento de los trastornos alimentarios. Me refiero a equipo porque, está demostrado que la eficacia de la intervención en estos casos es mayor con una intervención multidisciplinar.

Como nutricionista especializada en trastornos alimentarios trabajo en colaboración con médicos, psiquiatras, psicólogos, hospitales (en el caso de que sea necesario su ingreso) y otros profesionales especializados en este campo.

Nuestro objetivo es ofrecer un tratamiento integral eficaz y de confianza tanto para los pacientes como los familiares.

Tratamos pacientes de especial complejidad que se han mostrado resistentes a otros tratamientos convencionales. Además, consideramos de gran importancia que en la intervención terapéutica se incluye a la familia y allegados  como parte integrante del tratamiento.

puedes lograrlo

Espero haberte ayudado con esta entrada. Si necesitas algún otro consejo u orientación no dudes en ponerte encontacto conmigo. Te atenderé encantada. 

«siempre hay posibilidades de lograrlo cuando lo intentas»

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Alimentación y emociones ¿Cómo influye el estrés en tu alimentación? Recomendaciones

“ la relación entre estrés y alimentación  podría ser una de los factores que  más contribuye a comer en exceso y de tendencia a la obesidad.»

Según un estudio realizado por científicos del Hotchkiss Brain Institute (HBI) de la Universidad de Calgary (Canadá) el estrés incrementa la recolección de comidas en ratas”.

Emociones y alimentación

Estados emocionales como la ansiedad, estrés, tristeza, soledad, preocupación,  son fuertes condicionantes para que una persona coma, incluso sin sentir hambre física o real. Cuando esto se convierte en un hábito, se vuelve imparable. Comes de manera descontrolada, impulsiva y no sabes cómo pararlo. Entras en piloto automático e ingieres alimentos de manera inconsciente. ¿Te suena?

“Elegir que comes es una decisión y las emociones ejercen un gran poder a la hora de dirigir las decisiones si las niegas o no eres consciente de ellas”

Tres conceptos claves: estrés, hambre y apetito

En este artículo me gustaría explicarte los mecanismos que te pueden llevar a comer en presencia de estrés. Para ello, comienzo  aclarándote tres conceptos que considero básicos para que entiendas este proceso.  El Estrés, el Hambre y el Apetito.

  • Estrés:

    Es un mecanismo mediante el cual el organismo se adapta a todos los cambios, influencias, exigencias y tensiones al que pueda estar expuesto. Aclarar que, el estrés no siempre es negativo. En ocasiones, su presencia hace que podamos desarrollar nuevos recursos personales para adaptarnos, subir la autoestima y aumentar las posibilidades de éxito.

  • Hambre y Apetito:

    El hambre es una necesidad de comer para cubrir nuestras necesidades vitales. El apetito el deseo de comer, exista necesidad o no de ello (estado mental caracterizado por el deseo de tomar algunos alimentos). De manera regular, el hambre va acompañado del apetito, pero en determinadas circunstancias, como en el estrés/ansiedad se disocian. El Hambre es una situación innata, por ejemplo, el recién nacido experimenta hambre no apetito. Sin embargo, el apetito es adquirido y depende en gran medida de la experiencia.

 

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¿Qué factores te pueden producir estrés?

Existen dos tipos de factores que pueden producir estrés. Como consecuencia de ello, el cuerpo reacciona con una serie de cambios físicos, biológicos y hormonales que influyen enormemente en un estado nutricional y mental. Estos factores son:

  • Externos: problemas económicos, familiares, laborales, entre otros.
  • Internos: dolor, enfermedad, falta de nutrientes o diversos problemas psicológicos.

En muchas ocasiones, no conoces la forma de gestionar este estado estresante y puede afectarte en tu manera de alimentarte.

¿Qué puede ocurrir con tu alimentación en una situación de estrés?

En una situación de estrés descontrolada, la comida se convierte en una vía de escape inadecuada a las emociones que te resulta difícil de gestionar. Por un momento, al ingerir alimentos sientes placer y relajación. No obstante,  pronto te invade la culpabilidad, tu alimentación se vuelve inadecuada, aumentas de peso, te invade la tristeza, sientes que no tienes fuerza de voluntad y entras en un círculo de malestar.

“Las investigaciones revelan que en personas con estrés,  2/3 presentan hiperfágia (comer más de lo habitual) y 1/3 hipofagia (comer menos). Además, se observa que las personas que controlan más la ingesta de alimentos o que están constantemente a dietas estrictas, responden con mayor apetito a las situaciones de estrés que aquellas que no lo hacen.

Durante la exposición a un agente estresante (externo o interno), el consumo de alimentos se suprime utilizándose las reservas energéticas del cuerpo. Pero luego, se almacenan los nutrientes circulantes y se intenta reponer los consumidos. Por consiguiente, aumenta considerablemente el apetito,preferentemente hacia comidas que repongan rápidamente los niveles de energía gastados.

En la mayoría de las ocasiones, tiendes a consumir alimentos con alto contenido en azúcar, grasas, sal y calorías. En consecuencia, aumentas el riesgo de padecer sobrepeso, obesidad. También, es muy común el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia o hipertrigliceridemias, alteración del sueño, entre otras. Además, se estimula la liberación de cortisol, una hormona que propicia el acumulo de grasa.

Se cree que los niveles de apetito están estrechamente relacionados con la duración del estresor y periodo de recuperación posterior. Por lo tanto,  estar expuestos a un hecho estresante durante periodos de tiempo cortos, provoca una secreción de sustancias que estimulan el apetito y si el estresor es mantenido en el tiempo durante días, provoca el efecto contrario.

También se cree que algunas personas cuando ingieren alimentos, experimentan una fuerte afluencia de sustancias, como las endorfinas, que les hace sentirse bien. Por eso, cuando están en una situación de estrés tienden a recurrir a la comida buscando un efecto relajante.

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¿Cómo puedes cuidar tu alimentación en una situación de estrés?

Llevar a cabo una alimentación saludable, practicar ejercicio físico y/o deportes al aire libre, descanso suficiente y dedicarte el tiempo que mereces para relajarte, meditar y cuidar tu salud mental, son pilares fundamentales para combatir el estrés.

Te propongo dar un paso para aliviar tu estrés. Puedes introducir en tu alimentación estos 5 alimentos que ayudarán a sentirte mejor:

  • Frutos secos:

Incorpora 1 puñadito de frutos secos naturales al día, principalmente nueces,                        anacardos y/o pistachos. Son ricos en vitamina B que te ayudan a contrarrestar la                fatiga.

  • Chocolate negro:

    Intenta que su porcentaje en cacao sea lo más alto posible. Con 30-40g al día será suficiente.

  • Avena:

    Es un carbohidrato complejo que ayuda a aumentar los niveles de serotonina en el cerebro. Puedes incorporar 1 o 2 cucharaditas en tu desayuno, en las ensalada o sopas.

  • Frutas y verduras:

    Ponle color a tus platos, las vitaminas y minerales son imprescindibles para el funcionamiento de tu cuerpo.

  • Infusiones relajantes:

    Intenta reducir los excitantes, como el café. Sustitúyelo por infusiones que te ayuden a estar más calmado/a.

Por supuesto, no te olvides mantenerte hidratado/a, no abusar de productos prefabricados, comidas rápidas y alcohol.

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«Te animo a practicar una alimentación consciente. Te ayudará a manejar  tus impulsos por la comida, distinguir entre el hambre real y emocional, reducir el consumo de comidas rápidas, disfrutar más de tu alimentación, entre otros muchos beneficios.»

Si quieres puedo ayudarte a conseguir reducir tu estrés con la comida.

Intentarlo es el primer paso para lograrlo.

 

 

Fuentes:

Vinculan estrés con obesidad”, http://noticias.universia.net.mx/ciencia-nn-tt/noticia/2008/01/02/vinculanestres-obesidad.html

Obesidad y sobrepeso”, http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/index.html

“ El estrés influye negativamente en la alimentación”, http://www.psiquiatria.com/noticias/ansiedad/estres/comorbilidad748/34232/

Woolfolk Sara, Steven McCorkle, Brent Fountain, Sylvia Byrd “El estrés y los hábitos relacionados con las emociones” , http://msucares.com/espanol/pubs/is1822.pdf

Dallman, M., Pecoraro, N., Akana, S.F., la Fleur, S.E., Gomez, F., Houshyar, H., Bell, M.E., Bhatnagar, S., Laugero, K.D. & Manalo, S. (2003). Chronic stress and obesity: A new view of ‘‘comfort food’’. PNAS (100, 201): 1696–11701.

Trastorno por atracón. Descubre en qué consiste.

 El trastorno por atracón  es también conocido como trastorno de la ingesta compulsivo (TIC) o comedor compulsivo. Está catalogado como uno de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más frecuentes junto con la Anorexia y Bulimia Nerviosa.

Características del trastorno por atracón

Desde mayo del 2013, la nueva edición del Manual Diagnóstico de Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, reconoce específicamente al trastorno por atracón como el tercer TCA más frecuente junto con la anorexia Nerviosa y bulimia Nerviosa.

Hasta el momento este trastorno se incluía dentro de los Trastornos alimentarios no especificados (TCANE).

Diferencias entre bulimia y trastorno por atracón

Al igual que en las personas que padecen bulimia nerviosa, en el trastorno por atracón se ingieren grandes cantidades de comida en un corto periodo de tiempo. 

Los atracones ocurren por ejemplo, en un periodo de dos horas, de manera repetitiva y van seguidos de un sentimiento de culpabilidad.

En el trastorno por atracón no suelen aparecer conductas compensatorias como purgas, ayuno y ejercicio compulsivo como pasa en la bulimia.

 

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 La persona que desarrolla un trastorno por atracón presenta una gran comorbilidad psiquiátrica y médica.

 

Cada vez es más frecuente entre las personas que quieren perder peso, que están sometidas constantemente a dietas restrictivas y que padecen obesidad. 

Es importante conocer bien sus características para no confundirlas con otras patologías y tratarlo de la manera más adecuada.

 

Características de las personas que padecen un trastorno de atracón

Suele haber una mayor tendencia a deprimirse, estrés, ansiedad, baja autoestima, aislamiento social y mayores problemas para dormir.

Como consecuencia de los atracones,  puede aumentar considerablemente el peso y conducirles a la obesidad.

La obesidad y el consumo de alimentos, generalmente ricos en grasas y azúcares, puede llevarles al desarrollo de determinadas enfermedades. Algunos ejemplos son: diabetes tipo II, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, cálculos de la vesícula biliar, cardiopatías y ciertos tipos de cáncer.

¿A qué debemos estar atentos en el trastorno por atracón?

 En algunas ocasiones la gran mayoría de las personas pueden tener ingestas de alimentos excesivas en momentos puntuales. Por ejemplo, en eventos sociales y días puntuales en los que se  dejan llevar más por el placer de comer.

Pero… ¿Cuándo esta situación se convierte en una patología? Según el DSM-5, se establecen los siguientes criterios diagnósticos para este trastorno:

  1. Sobreingesta frecuente

Al menos 1 vez a la semana durante 3 meses con falta de control (no poder parar, no controlar la cantidad, etc). También presentan acusados sentimientos de malestar psicológico y 3 o más de los siguientes:

    • Ingesta más rápida de lo normal.
    • Ingesta hasta sentirse inconfortablemente lleno.
    • Ingesta de grandes cantidades de alimento sin sentirse físicamente hambriento.
  •  
  •  

        2.Ingesta en soledad por sentimientos de vergüenza asociados a la            cantidad ingerida.

        3.Sentimientos negativos sobre sí mismo (asco, depresión, culpa,                 baja autoestima) posteriores a la ingesta.

 

 Los alimentos más asociados a los atracones suelen ser ricos en grasas, azúcares o alimentos catalogados como “que engordan” o “prohibidos”.

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Riesgos de desarrollar un trastorno por atracón

Es evidente que el prohibirse alimentos a la hora de hacer una dieta aumenta notablemente el deseo de consumirlos.

En las dietas estrictas prevalecen los alimentos prohibidos. Además,  clasifican  las comidas como buenas o malas y prometan resultados milagrosos. Esta situación aumenta notablemente la tendencia a descontrolar tu alimentación.

Estas dietas “rápidas” o “milagrosas” te llevan a tener fluctuaciones de peso constantes, acompañadas de alteraciones físicas y psicológicas. 

 ¿Alguna vez te has preguntado si esas dietas son realmente rápidas o milagrosas? observa que transcurrido un breve periodo de tiempo te encuentras en el mismo o peor situación de donde comenzaste. 

 Recuerda que la mejor opción para conseguir un rango de peso saludable es cambiar malos hábitos y adquirir nuevos que te hagan conseguir metas permanentes y constantes en el tiempo.

Mi consejo, como te he comentado en varias entradas, es que “si buscas resultados diferentes no hagas siempre lo mismo”  según dijo Albert Einstein.

 

Tratamiento del trastorno por atracón

La intervención terapéutica en el trastorno por atracón es aconsejable que se oriente a modificar tanto aspectos físicos como psicológicos. Por lo tanto, es importante que sea tratado por un equipo multidisciplinar especializado en el tema.

Desde el punto de vista nutricional, se recomienda enfocar el tratamiento en ayudar al paciente a controlar esos atracones. Posteriormente, se procede a la educación nutricional para afianzar los cambios y prevenir recaídas.

El objetivo es que la persona vaya adquiriendo unos buenos hábitos de alimentación y que aumente su seguridad ante las decisiones con la alimentación.

Según mi experiencia puedo decir que, la práctica de una alimentación consiente o mindful eating, ayuda notablemente a reducir la ansiedad por la comida. 

Un tratamiento adecuado permitirá al paciente aprender a mantener un rango de peso saludable, reducir su sintomatología y mejorar su calidad de vida.

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 Como nutricionista especialista en los trastornos alimentarios, colaboro con un equipo multidisciplinar que se adapta a tus necesidades. Esta formado médicos, psiquiatras, psicólogos, hospitales (en el caso de que sea necesario su ingreso) y otros profesionales especializados en este campo. 

Ponte en contacto con nosotros y te explicaremos toda la información que necesites.

 

«No tengas miedo de tus miedos. No están ahí para asustar. Están ahí para hacerte saber que algo vale la pena.» C. JoyBell C.

 

La Pregorexia: Trastorno alimentario en el embarazo

 

La pregorexia es una una peligrosa obsesion que se puede desarrollar en una mujer embarazada. El embarazo constituye una de las etapas de mayor vulnerabilidad nutricional en la vida de la mujer. Viene acompañado de una serie de cambios morfológicos, uno de los más notorios es el aumento de peso que en ocasiones no es aceptado por la embarazada hasta el punto de convertirse en una obsesión.

 

¿Qué es la Pregorexia?

La pregorexia proviene de la combinación de “pregnancy” que significa embarazo, más el término anoréxia. Se trata de un trastorno alimentario que se da durante el embarazo.

La mujer intenta mantenerse delgada durante todo el periodo de la gestación mediante una alimentación insuficiente, hipocalórica y desequilibrada.

En la gran mayoría de los casos, puede ir acompañado de una práctica de ejercicio físico excesiva e inducción al vómito. Además, puede existir otros métodos compensatorios que ponen en grave peligro tanto la salud de la madre como la del bebé.

 Las personas que hayan padecido un trastorno alimentario son más susceptibles a desarrollar pregorexia. También existen casos de personas que lo padecen sin estos antecedentes y que se angustian cuando suben de peso.

En definitiva, se puede definir la pregorexia como la anorexia en el embarazo.

Hay que considerar dos aspectos importantes: no todas las personas que se preocupan por el aumento de peso es sinónimo de padecer este trastorno. Se trata de una preocupación llevada al extremo. Por otro lado, las que lo padecen no suelen comunicarlo por vergüenza y/o miedo.

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Estado nutricional y embarazo

Está científicamente demostrado la gran influencia que tiene un buen estado nutricional  tanto antes de la concepción, como durante la gestación. Esto influye sobre la salud de la madre, el feto y el futuro bebé.

Una desnutrición materna se asocia a retrasos en el desarrollo y crecimiento fetal, una mayor probabilidad de prematuridad y morbimortalidad infantil. También, se relaciona con el  poco peso placentario y bajo peso al nacer, según la guía de la American College of Obstreticians and gynecologists (ACOG).

Peso y embarazo

Contar con un peso recomendado previo al embarazo, junto con una ganancia ponderal adecuada durante la gestación, garantiza tanto la salud de la madre como la maduración correcta del feto.

Es importante conocer que el peso que se coge en el embarazo no solo depende del feto. También es debido al líquido anmiótico, placenta, aumento del volumen sanguíneo, ensanchamiento del útero y retención de líquidos que es común en este estado.

 Según el IOM (Instituto de medicina de EEUU en español) recomienda que una mujer embarazada suba unos 11,5-16 Kg teniendo en cuenta un índice de masa corporal (IMC) normal previo a la concepción.

Factores del peso en el embarazo

El aumento de peso en el embarazo va a depender, entre otros factores, del peso antes de concebir. De esta manera, para personas con bajo peso, normopeso y obesidad las recomendaciones serán distintas.

Independientemente del peso que corresponda, lo importante es asegurarnos que este se consiga con una alimentación y hábitos de vida saludables adaptados a cada fase del embarazo.  

Está demostrado que si esto se hace adecuadamente, una vez que se ha dado a luz, la pérdida de peso es progresiva y fisiológica. No es necesario llevar a cabo dietas estrictas ni pasar hambre.

Síntomas de la pregorexia

Como la gran mayoría de las personas que padecen un trastorno alimentario, resulta difícil que acepten y comuniquen su enfermedad. Por ello, es recomendable que las personas cercanas a la mujer embarazada estén atentos a los síntomas. Saber detectar los síntomas es un pilar fundamental para la ayuda y superación. 

 Algunos síntomas a los que podemos estar atentos son:

  • Reducción del consumo de alimentos.
  • Rechazo de su cuerpo y del embarazo.
  • Ejercicio excesivo.
  • Obsesión por el peso y calorías de los alimentos.
  • Bajo peso en el embarazo.
  • Humor cambiante.
  • Sueño excesivo.

Consecuencias de la pregorexia

Las complicaciones no solo afectan a la madre sino que también al feto. Pueden ocasionar daños graves que determinen la salud del futuro bebe e incluso llegar a causar la muerte. Entre ellas podemos destacar:

Consecuencias para la madre

  • Pérdida excesiva del cabello.
  • Desnutrición.
  • Anemia.
  • Deficiencia de calcio en los huesos.
  • Poco o nula producción de leche materna.
  • Piel seca, agrietada y deshidratada.
  • Desequilibrio hídrico.
  • Alteración de la regulación térmica corporal.
  • Complicaciones en el parto.

Consecuencias para el bebé

Si se manifiesta durante el primer trimestre del embarazo puede producirse:

  • defectos en la formación del sistema nervioso del bebé.
  • malformaciones.

Si se manifiesta en los dos últimos trimestres puede ocasionar:

  • disminución en el líquido amniótico.
  • retraso del crecimiento uterino.
  • parálisis cerebral.
  • desnutrición.
  • problemas cardiovasculares y digestivos.
  • defectos del desarrollo de los huesos.
  • muerte fetal intrauterina.

Bajo peso al nacer

El bebé puede nacer con bajo peso lo cual trae complicaciones futuras en su desarrollo.

El bajo peso al nacer está relacionado con retraso en la maduración neurológica con consecuencias importantes para el desarrollo sensorial y cognitivo futuro, sobre todo en etapas escolares y adolescencia.

Algunos ejemplos de estas alteraciones pueden ser déficit de atención, dificultades motoras, posible retraso mental o problemas en el aprendizaje.

Tratamiento de la pregorexia

La pregorexia, como hemos visto hasta ahora, tiene una base y consecuencias a nivel biológico, psicológico y social. Por lo tanto, es importante que sea tratado por un equipo multidisciplinar especializado.

El equipo se recomienda que esté compuesto por médicos, psiquiatras, ginecólogos, obstretas, psícologos, nutricionistas, etc. Se recomienda ponerse en contracto ante cualquier sospecha para poder ser evaluado y mitigar al máximo las consecuencias.

Existen factores de riesgo que predisponen al desarrollo de un trastorno alimentario (TCA) durante el embarazo, como problemas familiares, embarazo no deseado (sobre todo en adolescentes) o antecedentes de haber padecido un TCA. En estos casos es importante prestar una mayor atención.

 

“Con la ayuda adecuada puedes conseguirlo y disfrutar del momento como te mereces”

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ALIMENTACION CONSCIENTE: CONSIGUE VENCER EL HÁBITO COMPULSIVO DE COMER

 

 

La alimentación consciente es una alternativa sencilla y muy de actualidad. Te ayuda a gestionar tu ansiedad con la comida y a descubrir cómo cuidarte, sin tener que recurrir a las dietas estrictas que ponen en riesgo tu salud física y mental.

 

¿Por qué comes cuando tienes ansiedad?

Probablemente hayas oído que hay muchas personas que comen con ansiedad llevadas por un impulso que no pueden controlar o posiblemente tú mismo hayas experimentado esta situación.

Desde mi opinión, las prisas que caracterizan nuestro día a día, la disponibilidad inmediata de alimentos y el constante bombardeo publicitario de productos, pueden provocar una disminución la sensibilidad de tus indicadores naturales de hambre y saciedad. Además, esto repercute negativamente sobre tu equilibrio cuerpo-mente.

 

Comemos con más ansiedad, descontroladamente y eligiendo alimentos menos saludables sin tener en cuenta nuestras necesidades reales.

Comer y ansiedad

En muchos casos, puedes recurrir a la comida cuando sientes estrés, insatisfacción, aburrimiento, preocupación o como recompensa tras un día duro de trabajo. Aveces incluso, no  localizas con certeza el motivo por el cual descontrolas la alimentación.

Se puede decir que en estos momentos la comida se convierte en un alivio pasajero que puede llegar a convertirse en un hábito imparable. Con el tiempo, esto se ve reflejado en tu peso. Te genera frustración, baja autoestima e inseguridad, debido a que no se ha  gestionado adecuadamente esas emociones y sentimientos.

 

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Si te sientes identificado con esta situación y quieres cambiar ese hábito compulsivo, la alimentación consciente es una práctica efectiva para lograrlo.

Introducción a la alimentación consciente

Es especialmente relevante que las personas que acuden a consulta y aprenden a comer de manera consciente encuentran desde el primer momento resultados positivos.

¡Te animo a llevarlo a cabo! En este post te explico algunas técnicas que te ayudarán a conseguirlo. En primer lugar, me gustaría darte unas pinceladas breves sobre la alimentación consciente.

La alimentación consciente o también llamada mindful eating, no es una dieta sino un proceso de autoconocimiento mediante el cual, podemos conseguir una relación más sana con la comida, el cuerpo y la mente.

Te hace poner en funcionamiento todos tus sentidos a la hora de elegir, preparar y consumir alimentos  e incluso  bebidas.

Esta práctica consiste en aplicar la atención plena propia del mindfulness a cualquier conducta alimentaria.

Busca convertir la comida en algo para disfrutar, sumergiéndonos en los colores, sabores, texturas, esencias y sonidos al comer y beber.

De esta manera, conseguirás una conexión con tu interior que te permite identificar qué es lo que realmente necesita tu cuerpo.

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Conocer nuestra forma de comer y llevar a cabo una alimentación consciente resulta fundamental para alimentarse saludablemente. Todos poseemos esta habilidad solo es necesario redescubrirla y cultivarla, así que,voy a explicarte cómo empezar.

7 tácticas de alimentación consciente que funcionan

La práctica de una alimentación consciente empieza en la elección de que comer y beber.

Intenta hacer elecciones más saludables de comida. Prioriza el consumo de alimentos vegetales dentro de tu plato. El método del plato te puede ayudar. En este enlace puedes obtener más información. 

Cocina conscientemente.

Disfrutar del momento de cocinar es una forma de mimarte y cuidarte. Te puedo asegurar que las personas que cocinan de manera consciente, disfrutando de sus olores, sensaciones, sonidos, entre otras cosas, suelen realizar elecciones más saludables de alimentos. Comen menos cantidad sin imponérselo. Además,tienen menos riesgo de comer de manera automática y de forma compulsiva.

Valora el hambre que tienes realmente

Antes de comenzar a comer te recomiendo que realices 3-4 respiraciones profundas que te permitan relajarte. Esto te permitirá estar atenta/o al momento presente e identificar más eficazmente el nivel de hambre que tienes.

Para valorar el hambre puedes utilizar una escala del 1 al 10. No te preocupes si al principio te cuesta. Realiza esto de manera constante. Pronto notarás sus beneficios y esto te motivará para convertirlo en un hábito del que no querrás desprenderte.

Cuida tu forma de comer

Come siempre sentado/a, en un ambiente relajado, no realizando otras actividades a la vez y fuera de olores y estímulos de otros alimentos, como suele ser la cocina.

Curiosamente habrás observado que los momentos en los que comes más descontrolado, mayor cantidad y de manera automática, no sueles estar concentrado/a en que estás comiendo.

Pueden coincidir que  estás de pie, atento al móvil y/o realizando tareas de trabajo. También se asocia a que la situación en la mesa sea tensa o estás pensando constantemente en el problema que has tenido antes de ponerte a comer e incluso, lo que tienes que hacer en cuento termines tu comida.

Permítete dedicarte este momento, te lo mereces. A lo largo del día no es tanto el tiempo que gastas en el acto de comer. Además, cuidarás tu salud y ganarás el tiempo que probablemente dedicarías en acudir a médicos  u otros terapeutas por no hacerlo.

Respeta tu espacio

Crea tu espacio en la mesa y visualiza lo que vas a comer, te ayudará a ser más consciente de lo que ingieres.

Comer de fuentes o platos conjuntos, poner la barra de pan entera a nuestro lado y levantarnos constantemente de la mesa, provoca mayor descontrol y desequilibrio a la hora de comer.

Te recomiendo que comas en platos individuales y que te pongas todo lo que te vas a ingerir desde el principio, incluido el postre.

Con esto lograrás ser más consciente si tus platos son equilibrados. Ten en cuenta también que, en ocasiones tenemos la sensación de haber comido poco porque no valoramos visualmente el conjunto. Vamos cogiendo platos poco a poco, levantándonos constantemente. En consecuencia, se crea una percepción errónea de lo que realmente estas ingiriendo.

Comer es un placer.

Intenta descubrir que sabores, textura, olores y aromas te ofrece los alimentos. Para ello, suelta los cubiertos, mientras lo estés valorando. Disfruta de tu momento. Repite este ejercicio varias veces durante la comida, te ayudará a comer más lento y masticar más los alimentos.

Valora tu plenitud.

Te recomiendo que antes de terminar el plato de comida, vuelvas a valorar tu nivel de hambre. Tranquilo/a, puedes seguir comiendo. Este ejercicio sirve para que vayas identificando cuánta cantidad de comida necesitas realmente.

 Cuídate, mimáte y disfruta

Si llevas a cabo la práctica de una alimentación consciente notarás grandes beneficios en tu salud. Puedes pensar que no tienes tiempo para todo esto pero, es importante que priorices lo que realmente es importante. Te cuento una táctica para que puedas conseguirlo:

 Haz una lista de actividades que sueles hacer a lo largo del día, incluye las horas que le dedicas a mirar el móvil, whatsapp, redes sociales, televisión, etc. Ahora intenta reflexionar si de todas esas actividades podrías ir reduciendo un poquito de tiempo ¿Podrías reducir 10 minutos al día de mirar el móvil? ¿ y 10 minutos de televisión? Ya tenemos 20 minutos y podemos sumar más.

Además, este tiempo lo estás invirtiendo en salud y en el caso de personas que suelen comer con niños estarás aportando un gran valor a su educación nutricional que repercute positivamente también en su salud.

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Contacta con un especialista 

Para finalizar, me gustaría recomendarte que si el hábito de comer emocional o por ansiedad está descontrolado es conveniente que sea evaluado por un especialista. Si quieres que te ayude a practicar una alimentación consciente, no dudes en contactar conmigo.

 

 

“Dale a cada día la posibilidad de ser el mejor día de tu vida”

“No hay piedra en el camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento”

 

Dietas Restrictivas ¿Por qué engordo más cuanto menos como?

Las dietas restrictivas resultan nutricionalmente deficitarias ya que, prohíben alimentos necesario para el correcto funcionamiento de tu metablismo. Aparte de esto, te pueden producir un aumento de la ansiedad por comer, inestabilidad emocional y el efecto contrario a nuestro propósito, un efecto rebote.

Reflexión sobre las dietas restrictivas

«La fiebre de las dietas» suele verse pronunciada con la llegada del buen tiempo. El principal objetivo es lucir, una vez más, un ideal de delgadez asociado al éxito. Se pone en marcha una obsesión por la bajada de peso exprés.

¿En qué nos basamos para ponernos a dieta?

Desde muy pequeños nos venden un ideal de belleza que relaciona el éxito con la delgadez. Acuerdate de la famosa “Barbie” “ken” con unos cuerpos muy alejados de la realidad del prototipo de cuerpo habitual. Ni que decir tiene que, la gran mayoría pretende parecerse a “cuerpos esculturales”  que en multitud de casos están modificados por ordenador, vendiendo un cuerpo irreal, conseguido a través del “No comer” y “Dietas restrictivas.

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Las dietas restrictivas catalogadas como milagrosas y de moda, solo sirven como tapadera para ocultar y engañarnos. La clave está en cambiar saludablemente, haciendo de ello un hábito, sin tanto coste para la salud.

¿Qué efectos tiene realizar continuamente dietas restrictivas?

No olvides que el cuerpo y la mente están íntimamente relacionados. Por lo tanto, los efectos de las dietas restrictivas afectan a ambos niveles. Antes de explicar algunos efectos que tienen estas dietas, me gustaría aclararte un par de términos.

Concepto de dieta y dieta saludable

  • Dieta: conjunto y cantidades de alimentos que se consumen habitualmente tanto por personas sanas, enfermas o convalecientes en el comer o beber.  El fin es obtener los nutrientes necesarios para nuestro organismo.
  • Dieta equilibrada o saludable: aquella que contiene la energía y nutrientes necesarios en cantidad y calidad equilibrada para mantener un buen estado de salud en todos los aspectos (físico y mental). Se adaptada a las distintas etapas y situaciones de la vida.

En conclusión, si unimos ambos conceptos podríamos decir que “dieta” va asociado a adquirir unos buenos hábitos saludables que nos permitan conservar nuestra salud y tener una buena calidad de vida. Sin embargo, comúnmente la palabra “dieta” va asociada a una alimentación con el objetivo de la pérdida de peso rápido. 

Efectos de las dietas restrictivas: mente-cuerpo

En consulta suelo preguntar a cada persona qué frases asociaría a estar continuamente a dieta. Tras una pequeña explicación, comienzan a expresarme algunos ejemplos como: «no puedo comer este alimento» «no puedo salir a comer fuera» «me siento culpable por haber comido» «esta semana no he podido seguir la dieta por este motivo».

Si te paras un momento a pensarlo, la palabra dieta tiene asociado muchas connotaciones negativas. Si esta situación se mantiene en el tiempo, pueden provocar frustración, sentimiento de fracaso, desmotivación y bloqueo.

Como consecuencia, entras en un bucle en el que se activa tu ansiedad por comer, baja autoestima, desnutrición, entre otras. Además, esto puede ser un gran activador en el desarrollo de un trastorno alimentario.

¿Has observado que muchas veces comienzas a reducir tu alimentación pero sin embargo subes de peso? a continuación te voy a explicar el porqué

¿Por qué engorno cuanto menos como?

El cuerpo trabaja en función del equilibrio de nutrientes que recibe, no solo por las calorías, que tanto obsesionan.

Cuando una persona se somete a una dieta restrictiva, el cuerpo lo asocia como una agresión a su supervivencia y reacciona protegiéndose. Intenta minimizar los daños y adaptarse al cambio para no perecer en el proceso.

Es un sistema perfeccionado a los largo de muchos años de evolución, desde que nuestros antepasados se enfrentaron a largos periodos de escasez de alimentos, sobrevivían aquellos que tenían genes  más ahorradores (Teoría del gen ahorrador, Neel 1962) y eran capaces de sobrevivir con menos necesidades.

De esta manera, nuestro organismo fue genéticamente adaptado para:

  • Comer todo lo posible para cuando no había comida disponible.
  • Preferir los alimentos grasos porque eran nos permitían guardar energía para cuando no los hubiera.
  • Depositar todo exceso calórico como grasa para sobrevivir en tiempos de escasez.

 En la actualidad, la situación de disponibilidad de alimentos es distinta. Lo que nos ayudó en aquellos años a sobrevivir, hoy nos conduce a la obesidad.

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Unas de las explicaciones del efecto rebote que se produce en este tipo de dietas restrictivas podría ser explicado con esta teoría. Se activa el gen ahorrador y disminuye el gasto metabólico basal con el fin de ahorrar energía. Sus consecuencias son:

  • Comenzar a gastar menos.
  • El cuerpo guarda todo lo que pueda para cuando sea necesario.
  • Aunque en principio se baje peso, en nuestro cuerpo sigue activado el gen ahorrador y en la mente aumenta el deseo por ingerir aquellos alimentos que hemos catalogado como prohibidos.
  • La bajada de peso en gran medida es procedente de la masa muscular, lo que también favorece la ganancia de grasa.
  • Llegado un punto, no puedes mantener más la dieta. Es muy difícil de controlar fisiológica y mentalmente.
  • Te premias por el esfuerzo o descontrolas. Seguidamente, aparece un sentimiento de culpabilidad por haber “roto la dieta” o pensamos “ya que hemos roto la dieta qué más da un poco más”. Aumentamos de peso.
  • Entramos en un círculo vicioso donde esa dieta rápida y restrictiva se convierte en un no acabar y ser un/a esclavo/a de la comida.

Una alternativa a las dietas restrictivas

Como he comentado en otras entradas, una de las cosas que te pueden ayudar para comenzar en tu proceso de bajada de peso es reflexionar sobre la causa que te ha llevado a subir o mantener un peso elevado. El objetivo es realizar una lista para identificar que cosas puedes cambiar para conseguir tu propósito.

Ten en cuenta que el peso elevado es consecuencia, en muchas ocasiones, de unos malos hábitos mantenidos en el tiempo. Si los localizas y logras modificarlos, tu peso se regulará. Además, no tendrás que estar tan pendiente de la temida báscula y te podrás centrar más en ti misma/o.

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¿Qué tener en cuenta para elegir una dieta para bajar de peso?

  • Lo primero, es analizar tu situación. Qué te está llevando a subir de peso, para poder fijar tus objetivos de manera más clara y personalizada.
  • Debe adaptarse a tu ritmo de vida, disponibilidad de tiempo, entorno familiar, ejercicio, entre otras.
  • Que respete tus preferencias alimentarias y te incentive a probar otros alimentos. De esta manera conseguirás tener una alimentación más amplia y variada. 
  • Disfrutar con ella, es decir, no ver la lechuga y la pechuga a la plancha como un alimento que solo se toma cuando estas a dieta.
  • Debe enseñarte a conectar con tu cuerpo. Aprender a escuchar lo que te pide por necesidad y conectar adecuadamente con las señales de hambre y saciedad.
  • No debe contener alimentos prohibidos (si no hay presencia de ninguna patología). Aprende a comer de forma equilibrada.
  • Por supuesto, poner objetivos razonables y realistas de pérdida de peso que nos motiven y sean mantenidos en el tiempo.

 

Y recuerda “somos más que el número de una báscula”

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Si deseas que te acompañe en tu proceso para conseguir tus objetivos, te enseñaré encantada como lograrlo. Puedes ponerte en contacto conmigo cuando lo desees.